Da igual que seas profesional o no, a nada que participes en un eSport lo más probable es que te surja la competitividad y quieras ganar. Es la clave de cualquier deporte, digital o no. Sin embargo, no todo el mundo puede ser igual de competitivo. Existen algunas claves que hacen que algunas personas puedan ser más competitivas que otras. Vamos a revisar en el artículo de hoy tres de estas claves, aunque, lógicamente existen más que trataremos en próximos artículos.
La actitud
Fijáte que ponemos la actitud en primer lugar. Esto no es una casualidad. En el debate más común cuando se habla de actitud o aptitud, la mayoría de personas podría pensar que lo verdaderamente importante es lo segundo. Y si bien es cierto que se necesita tener ciertas habilidades a la hora de comenzar a jugar a cualquier tipo de juego, no es menos cierto que realmente en la actitud se va a demostrar la progresión de un jugador.
Las habilidades se pueden entrenar, es perfectamente posible partir de un mínimo básico de habilidad e ir mejorando con el tiempo según se aprende. Sin embargo, la actitud es un elemento más complejo, depende de factores como la personalidad, los estímulos e incluso el equilibrio emocional.
Aunque no es del todo exacto, podríamos decir que es más fácil entrenar las habilidades que las actitudes. La actitud es algo que debe venir de serie en el jugador. Debe mantener una actitud proactiva en todas las acciones que emprenda en relación al juego, cuanto más profesional y de ser, mayor nivel de actitud debe tener.
El entrenamiento
Existe una falsa creencia de que el entrenamiento es sólo cuestión de los profesionales o jugadores de elite. Si echas un vistazo a cualquier deporte presencial, verás como incluso en las categorías inferiores más bajas, todos los jugadores y entrenadores tienen ciertas disciplinas, rutinas. Entrenan duro en definitiva.
El entrenamiento y la evolución positiva del mismo es clave para cualquier progresión en la competitividad dentro de un deporte digital. Pero no cualquier entrenamiento. Los entrenamientos deben ser programados, ajustados a las habilidades y nivel de juego del equipo, no del jugador individual, y en la medida de lo posible dirigidos por entrenadores.
Es otro error bastante común pensar que un equipo amateur que quiere competir en un nivel medio/bajo, no necesita entrenamiento o no necesita entrenador. Realmente, la diferencia está en cómo se entrena y en que se aprende y mejora en los entrenamientos.
Asumir retos y salir de la zona de confort
Este es otro factor realmente importante que puede marcar la diferencia entre un jugador competitivo y otro que no. Y no te equivoques, esto puede ocurrir tanto en los niveles de aficionado como en los niveles de jugadores de élite. El conformismo, la zona de confort, es relativamente común en la competitividad: si sabes que en determinados niveles o ante determinados rivales se desenvuelve bien y tienes opciones de ganar, puede que te acostumbres a esos niveles y no desees marcarte retos. El hecho de no tener objetivos superiores, de no salir de la zona de confort y no marcar retos colectivos y personales, hace que el jugador merme su capacidad competitiva.
Salir de la zona de confort es fundamental: marcarse retos y pelear tanto en los niveles propios como en los niveles superiores es siempre una experiencia relevante que si se mezcla con los dos puntos anteriores sin duda puede marcar un buen camino para la competitividad en los eSports.
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Profesional del marketing con una pasión inquebrantable por los videojuegos desde que mi hermano me presentó al icónico Mario Bros. en 1989. Desde entonces, he estado inmerso en el mundo de los juegos, maravillándome con las historias y personajes que he conocido. Inicie con los arcades, pasando por la NES y la Sega Family, y ahora estoy llegando a los eSports más actuales.